Un nuevo plan de ecosistema de pesquerías protege a la vida marina – y a las personas en el Caribe estadounidense

El plan abarcador de ecosistema atenderá algunas de las amenazas a los peces y los corales

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Un nuevo plan de ecosistema de pesquerías protege a la vida marina – y a las personas en el Caribe estadounidense
Pescadores navegan las aguas del Caribe estadounidense, donde los administradores están tratando de aplicar una estrategia más abarcadora para administrar las áreas de pesca
Art Howard

Los constituyentes en el Caribe estadounidense están de acuerdo en que los cambios continuos en las condiciones del océano y la mala calidad del agua representan un riesgo para los peces y los corales, lo cual es una amenaza para los negocios locales, para el turismo y para el ecosistema.

Esas preocupaciones son un tema frecuente en los talleres que se están realizando, auspiciados por el Consejo de Administración Pesquera del Caribe, para involucrar a los pescadores, los negocios costeros, las organizaciones de conservación ambiental, los científicos y otros para desarrollar reglas y políticas en las pesquerías.

Como parte de ese esfuerzo, el Consejo está diseñando un plan de ecosistema de pesquerías para apoyar el manejo de la pesca y los peces por isla (Puerto Rico, San Tomás y San Juan, Santa Cruz). El plan considera factores ecológicos, económicos y sociales al establecer el manejo de pesquerías. 

Hasta el momento, durante los talleres, que terminan durante este verano, cerca de 300 constituyentes  han identificado cuáles son los recursos naturales—tales como los corales y manglares—que consideran más valiosos y los factores que pueden afectar esos recursos, como la contaminación o los huracanes. El personal del Consejo está creando modelos conceptuales que analizan las relaciones complejas que ocurren en el ecosistema, entre la vida marina, el hábitat y las comunidades locales. Estas herramientas les ayudarán a identificar acciones que deben tomar para proteger recursos valiosos de amenazas, y a la vez considerar los impactos sociales, culturales y económicos de tales políticas.

Como parte del nuevo plan, los miembros del Consejo también están considerando insumo del público a la vez que establecen un sistema de indicadores para monitorear partes esenciales del ecosistema con el objetivo de garantizar que los administradores puedan actuar a tiempo para evitar problemas. Por ejemplo, estos indicadores pueden ayudar al Consejo a determinar cómo el aumento en la temperatura del agua puede afectar la población de peces, tales como los cambios en las temporadas de agregación. Con esta información, el Consejo puede ajustar las vedas de pesca por temporada según sea necesario.  

La mayoría de los participantes del taller están de acuerdo que una mejor administración de las áreas de pesca puede atender mejor el impacto a que problemas como la erosión y la calidad del agua tienen en las poblaciones de peces. Además, ellos han indicado que se necesita una mejor educación al público para que la comunidad entienda por qué ciertas reglas de pesca pueden ayudar tanto al medio ambiente marino y las personas que de él dependen.

La retroalimentación del público es una parte esencial de un plan de ecosistema de pesquerías exitoso y el Consejo ha consultado a una gama amplia de constituyentes antes de finalizar el plan. Éste trabajo es un paso importante para preservar un ambiente marino robusto que pueda sostener la pesca, el turismo y la economía costera, tanto ahora como para las generaciones futuras.

Yasmin Vélez-Sánchez es [7 es un oficial del proyecto de conservación de vida marina en el Caribe estadounidense de The Pew Charitable Trust.