Plan busca salvar a emblemática especie Patagónica de la extinción

Organizaciones no gubernamentales, en coordinación con servicios públicos y el Ministerio del Medio Ambiente, buscan recuperar y conservar a una de las especies más amenazadas de Chile

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Plan busca salvar a emblemática especie Patagónica de la extinción
El huillín, en peligro de extinción, anida en tierra y se alimenta tanto en las zonas de agua dulce como en las costeras y marinas, utilizando sus largos bigotes para detectar presas bajo los troncos y las rocas del lecho del río. En la actualidad, sólo quedan unos 500 ejemplares de este mamífero en Chile y Argentina.
Guillermo Feuerhake

Entre las raíces de árboles nativos sumergidas en ríos, lagos y fiordos de la Patagonia, habita uno de los mamíferos más difíciles de avistar en Chile. La complejidad de encontrarse con un huillín—conocido también como nutria de río austral o gato de río—no solo radica en sus capacidades para escabullirse, sino que también a que, según estimaciones de expertos, no quedarían más de 500 ejemplares de esta particular especie.

El huillín (Lontra provocax), el animal más grande de la familia Mustelidae en Chile, con su grueso pelaje, sus patas palmeadas y su larga cola en forma de timón, es también el segundo carnívoro más grande del país, después del puma. Con largos bigotes, llamados “vibrisas”, que le ayudan a detectar a sus presas bajo los troncos y las rocas del lecho del río, el huillín es uno de los pocos animales que puede prosperar tanto en aguas dulces como en aguas costeras y marinas.

Hoy, esta nutria está clasificada como en peligro de extinción tanto por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como por el Ministerio del Medio Ambiente de Chile. Por ello, en junio de 2021, comenzó a tomar forma un plan—conocido por su acrónimo RECOGE, para la recuperación, conservación y manejo del huillín—con el objetivo de mejorar la conservación y la coordinación de los organismos gubernamentales chilenos para conservar y manejar efectivamente esta especie.

Como parte del plan RECOGE—que está siendo desarrollado por la empresa consultora Huella Natureza, con el apoyo financiero de The Pew Charitable Trusts y la coordinación de agencias gubernamentales por parte del Ministerio del Medio Ambiente—los organizadores facilitarán casi tres docenas de talleres interactivos entre junio y diciembre de este año. El objetivo de estas sesiones es involucrar a una amplia gama de actores, desde el gobierno y los científicos hasta las organizaciones no gubernamentales y las empresas de los sectores forestal, turístico y de acuicultura, para desarrollar una estrategia que ayude a los residentes locales a aprender la importancia—y su responsabilidad compartida—de proteger esta especie icónica y ayudarla a recuperarse.

Un hábitat saludable para el huillín también beneficiaría a las coamunidades al proporcionar una serie de servicios ecosistémicos, como fuentes limpias de agua potable y productos del mar, regulación del clima y cierta protección contra las inundaciones y la erosión costera.

El plan incluye, además, 14 talleres para representantes del mundo académico, las ONG, empresas del sector privado y organismos públicos, además de una docena de reuniones a nivel regional, sesiones con grupos chilenos y argentinos y talleres para los pueblos indígenas.

Numerosos factores han provocado el declive del huillín, entre ellos la destrucción de la vegetación costera causada por la agricultura, las plantaciones de pinos y eucaliptos, el drenaje de los humedales, la urbanización, la cría de salmones y las enfermedades transmitidas por especies invasoras como el visón americano.

Dado que el huillín depende de tantos ecosistemas diferentes—desde las cuencas fluviales hasta las zonas costeras-marinas—la conservación y gestión de esta especie puede parecer una tarea de enormes proporciones. Pero preservar y restaurar estos ecosistemas merece la pena porque dará lugar a un entorno más saludable, no sólo para el huillín sino también para las comunidades locales que comparten su hábitat.

Maximiliano Sepúlveda trabaja en el proyecto Patagonia chilena de The Pew Charitable Trusts.