Los parques marinos pueden ayudar a los océanos (y a las personas) a sobrellevar el cambio climático
Un estudio muestra que los beneficios se extienden más allá de la vida marina y llegan a las comunidades terrestres
En los últimos años, científicos marinos destacados han expresado que la protección de grandes áreas en el mar, tales como las reservas oceánicas, conlleva el beneficio adicional de ayudar a la vida marina a resistir de mejor manera los impactos del cambio climático. El respaldo a dicha afirmación podía observarse en numerosos estudios diferentes... hasta ahora. En un estudio del año 2017, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, investigadores de 10 instituciones, incluidos varios asociados científicos de Pew, y miembros del comité asesor científico del Proyecto Legado para los Océanos de Pew Bertarelli, llegaron a la conclusión de que los parques marinos altamente protegidos tienen el potencial de ofrecer beneficios de resiliencia ante el clima. Específicamente, las reservas ayudan a los océanos y a la sociedad a adaptarse a cinco impactos clave relacionados con el clima: acidificación de los océanos, aumento en el nivel de los mares, mayor intensidad de las tormentas, cambios en la distribución de las especies, y menor productividad y disponibilidad de oxígeno.
En este estudio, se muestra que los parques marinos pueden ser reservas climáticas, en especial cuando las áreas protegidas son de gran tamaño, están bien administradas, se mantienen durante muchos años y cuentan con reglamentaciones bien definidas respecto del tipo de actividades humanas que está permitido desarrollar en ellas.
Durante décadas, los especialistas han promocionado los parques marinos como refugios para las especies que enfrentan una disminución de su población debido a la sobrepesca, la contaminación, el desarrollo costero y otras presiones. Las pruebas han demostrado de manera constante que las áreas protegidas pueden ayudar a fortalecer a los ecosistemas y a reconstruir la biodiversidad.
Los resultados de este estudio, llevado a cabo por el Dr. Callum Roberts y la Dra. Bethan O’Leary de la Universidad de York en el Reino Unido, destacan la necesidad urgente de que los Gobiernos implementen políticas de adaptación climática que permitan proteger a los océanos y las sociedades que dependen de ellos. Según el Dr. Roberts, estos hallazgos “muestran que para aumentar la resiliencia de los ecosistemas marinos, resguardar la vida silvestre, proteger su capacidad de respaldar las pesquerías, brindar protección costera y ofrecer agua limpia y en buenas condiciones, debemos acelerar la implementación de áreas marinas protegidas eficaces”.
Estos hallazgos reafirman la demanda mundial de protecciones más firmes de los océanos. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), en el Congreso Mundial de la Naturaleza de 2016, adoptó una moción en la que se solicita la protección de, al menos, el 30 % de los océanos para 2030, a fin de evitar la extinción a gran escala de la vida marina. Los Gobiernos están prestando atención a este tema, mientras que el movimiento para la protección de grandes extensiones de espacio oceánico ha continuado en crecimiento. En los últimos años, países como Chile, México, Palau, Reino Unido y Estados Unidos han designado enormes franjas de océano para su protección.
Para contrarrestar los impactos combinados de la sobrepesca, el calentamiento de los océanos y el aumento de la acidificación, es preciso tomar medidas de inmediato. A la fecha, cerca del 5 % de los océanos tiene alguna forma de protección, y solamente el 2 % está altamente protegido, aunque existen compromisos para elevar la cobertura total de áreas protegidas al 10 % para 2020. La IUCN ha recomendado que se proteja el 30 % de todos los hábitats marinos para 2030. Es necesario actuar ahora para implementar el espacio oceánico altamente protegido a fin de resguardar estos ecosistemas y los beneficios económicos que aportan.
Los parques marinos son una estrategia costo-efectiva que demanda poca tecnología para la conservación de los océanos. Este estudio indica claramente que esta herramienta de conservación puede aportar muchos beneficios, además de la conservación oceánica, a escala local, regional y mundial. El establecimiento de parques marinos puede ayudar a desacelerar los efectos del cambio climático y a aliviar algunas de las dificultades esperadas, como una menor seguridad alimentaria y un mayor nivel de los océanos. Las grandes reservas fuertemente protegidas pueden ayudar a garantizar la salud futura de nuestros océanos en beneficio de las comunidades cuyo sustento depende de ellos.
Matt Rand dirige el proyecto Legado para los Océanos de Pew Bertarelli.