Con el tratado de altamar en la etapa final, un nuevo documento ofrece una hoja de ruta para su rápida implementación

El trabajo puede comenzar ahora para asegurar la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad en altamar para las generaciones futuras

Con el tratado de altamar en la etapa final, un nuevo documento ofrece una hoja de ruta para su rápida implementación
Karen Rogers Satellite Applications Catapult

Nota del editor: El contenido de esta página se publicó antes de junio de 2023, cuando las Naciones Unidas adoptaron un tratado legalmente vinculante sobre la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad marina en áreas fuera de la jurisdicción nacional, también conocido como “tratado de altamar”.

Las negociaciones en Naciones Unidas para celebrar un ambicioso tratado que proteja la vida oceánica en altamar se aproximan a la etapa final. Estas áreas del océano se encuentran más allá de la jurisdicción de cualquier país y conforman alrededor de dos tercios del océano. Conservar áreas extensas en altamar es fundamental para garantizar el equilibrio del ecosistema y sostener la inmensa diversidad de especies que habitan estas aguas o migran por allí. Muchas de dichas especies, que incluyen tiburones, atunes, ballenas y tortugas, son partícipes vitales en la dinámica del medioambiente marino. 

Los encargados de las negociaciones hace tiempo resolvieron que el acuerdo, también conocido como Tratado de Biodiversidad de las Zonas Fuera de la Jurisdicción de los Estados (BBNJ, por sus siglas en inglés), abordaría algunos problemas críticos, en específico: las áreas marinas protegidas (AMP) en altamar; las evaluaciones de impacto ambiental para las actividades que se desarrollan en dichas aguas; el acceso y el uso compartido de los beneficios relacionados con los recursos genéticos marinos; y el fortalecimiento de la capacidad y la transferencia de tecnología marina.  

A modo de anticipo ante el nuevo tratado, los científicos, los defensores y los legisladores deberían comenzar a pensar en cómo implementar este nuevo acuerdo. Casualmente, en un nuevo documento —cuya autoría comparto— publicado hace poco en la revista Ocean Sustainability, se describen algunos de los pasos siguientes que se requieren, en específico:

Hacer entrar en vigor el acuerdo. Incluso una vez que los negociadores hayan acordado el tratado, este no entrará en vigor hasta tanto no exista una cantidad suficiente de países, cifra que se determinará en el texto final del tratado, que lo ratifique. Este primer flujo de trabajo destaca la manera en que las organizaciones gubernamentales, intergubernamentales y de la sociedad civil deberían crear conciencia y proporcionar asistencia técnica a los países que podrían necesitarla para aceptar formalmente el nuevo tratado. Aquí se podría incluir ayudar a los Estados a que comprendan las oportunidades y las obligaciones asociadas con firmar el acuerdo o incluso proporcionar asistencia técnica en el desarrollo de medidas legislativas, administrativas y políticas para ayudarlos a cumplir sus obligaciones emergentes del nuevo tratado de altamar.

Reforzar las instituciones. Con el tratado, se establecerá una cantidad de diferentes instituciones que ayuden a cumplir su cometido, por ejemplo, con funciones administrativas, científicas y pertinentes a la toma de decisiones. Si bien el texto orientará a dichas instituciones en aspectos generales, muchos detalles clave, como las reglas de procedimientos, las calificaciones que se deben cumplir para integrar comités y la movilización de recursos financieros, se tendrán que elaborar antes de que el acuerdo pueda comenzar activamente a cumplir sus objetivos de conservación y uso sostenible de la biodiversidad del altamar. Al participar en reuniones preliminares donde se aborden algunos de estos detalles clave, los Estados podrían ayudar a facilitar la rápida implementación del acuerdo.

Desarrollar capacidad, ciencia y tecnología. Aquellas personas que han estado atentas al avance de las negociaciones del tratado esperan que el acuerdo proporcione un mecanismo legal para establecer una red de AMP en altamar. Sin embargo, la comunidad global tendrá que desarrollar de todos modos propuestas para las áreas de protección prioritaria. Gobiernos, científicos, defensores, patrocinadores y demás partes interesadas pueden comenzar el trabajo de anticipar y compartir conocimientos científicos de áreas importantes y de fortalecer la capacidad nacional y regional y los recursos tecnológicos de modo que los países dispongan de las herramientas que necesitan para cumplir sus obligaciones emergentes del tratado una vez que este entre en vigor.

Mientras la fase de negociación del tratado está próxima a la conclusión, la fase siguiente de trabajo, es decir, implementar el tratado, apenas comienza. En este nuevo documento, se brinda un esquema inicial de trabajo que puede comenzar de inmediato para ayudar a facilitar una rápida y efectiva implementación del tratado luego de finalizado.

El altamar sustenta una diversidad de ecosistemas y vida marina que resulta esencial para la salud de los océanos, el clima, el planeta y los seres humanos. Si bien es sumamente vulnerable a los impactos del cambio climático, la contaminación por plástico, la sobrepesca y otras actividades humanas, apenas alrededor del 1 % de estas áreas están protegidas. Al finalizar un firme tratado de altamar en 2023, los Gobiernos del mundo podrán tomar medidas audaces para proteger el altamar.

Nichola Clark trabaja en el proyecto de gobernanza de los océanos de The Pew Charitable Trusts. 

Proteger la Altamar