Este pez logra desafiar a la muerte

Pero a los demás les espera un destino sombrío

Este pez logra desafiar a la muerte
© The Pew Charitable Trusts

Medregal

Hay una especie de pez que tiene la habilidad única de sobrevivir luego de que se pesque de las profundidades y se le devuelva al mar.

En las otras especies de peces los órganos internos pueden expandirse y hasta explotar por los cambios súbitos en presión que ocurren durante un acenso rápido a la superficie en una línea de pesca. Sin embargo, el medregal puede soplar burbujas a través de sus agallas y descomprimir en un proceso de liberación de gases.

Si los pescadores devuelven un medregal al agua, tiene buenas probabilidades de sobrevivir. Pero muchas otras especies, como los pargos y los meros, no tienen esta dicha. De hecho, cantidades masivas de peces mueren cada año cuando son soltados luego de pescarlos. Se sueltan o se devuelven al mar por varias razones tales como las regulaciones de tamaño mínimo o número límite de piezas por día, o tal vez porque fueron capturados sin intención mientras se trataba de pescar otra especie. A estos peces se les conoce como pesca incidental o bycatch en inglés.

La pesca incidental puede ser un enorme desperdicio. Según el servicio de pesquerías de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, casi una quinta parte de toda la pesca comercial de los E.U. es desechada, lo cual equivale aproximadamente a 4.6 libras de pescado por día.

Cuando los consejos de administración de pesquerías regionales establecen cuotas como parte de un plan para controlar la captura de peces oceánicos, deben calcular el numero de peces que muere por pesca incidental. Esto quiere decir que las tasas más altas de mortandad por pesca incidental pueden reducir la cantidad de una especie que puede retener el pescador.

La Ley Magnuson-Stevens de Conservación y Manejo de Pesquerías,  la ley primordial que gobierna los peces oceánicos de los E.U., requiere que los administradores minimicen la pesca incidental a la “medida de lo posible”, pero los océanos de hoy en E.U. requieren un estándar menos ambiguo. Mientras el Congreso de los E.U. se reúne para renovar la ley, debería requerir reglas que disminuyan la pesca incidental más allá de cuando es posible y determinar el efecto de los esfuerzos para restaurar las poblaciones de peces que han mermado. Los administradores también deberían colaborar con pescadores para que estos mejoren sus prácticas y utilicen nuevas tecnológicas que disminuyan los impactos de este problema.

Es importante considerar las características únicas de cada pez, como el medregal y su habilidad para sobrevivir a la pesca incidental y evaluar los múltiples factores que les afectan como la necesidad del hábitat y de alimento. Debemos usar nuestro conocimiento que constantemente aumenta y aprovechar las tecnologías para manejar mejor nuestros recursos con un enfoque más amplio.

La Ley Magnuson-Stevens se acerca a su aniversario número 40 y y podría beneficiarse de una actualización. Ya es tiempo de un nuevo enfoque en el manejo de pesquerías. Conozca más en www.pewtrusts.org/healthyoceans.