Las casas pueden tener cualquier forma y tamaño,al igual que los préstamos que se piden para comprarlas. Para muchos compradores potenciales, adquirir una hipoteca segura y tradicional a 15 o 30 años es un paso clave para alcanzar la seguridad financiera y el sueño de la vivienda propia. Pero para los prestatarios que buscan comprar una casa valuada por debajo de los $ 150.000, puede resultar difícil conseguir financiamiento, y las opciones disponibles suelen ser riesgosas, incluso si se tiene un buen historial crediticio.
Este video de The Pew Charitable Trusts muestra cómo la escasez de pequeñas hipotecas puede llevar a millones de prestatarios a buscar préstamos de índole no hipotecaria o a aceptar otros arreglos financieros riesgosos. Muchas alternativas comunes —como financiamiento del vendedor y alquiler con opción de compra— pueden llevar a los compradores a vinculaciones legales importantes o cargarlos de deudas, con costos de miles de dólares en tarifas e intereses y causar que los prestatarios terminen pagando mucho más de lo que valen sus viviendas. Algunos compradores hasta acaban perdiendo los ahorros de su vida en una vivienda que nunca llega a pertenecerles.